Todos los seres humanos desde que estamos en el vientre de nuestra madre recibimos los sucesos, emociones vividas o transmitidas por el entorno. Esta asimilación se da por las creencias inculcadas por la familia, el contexto, cultura en donde nos hayamos formado o educado. Cada individuo tiene la facultad de aprender o acoger lo bueno y lo malo de una situación vivida la cual viene condicionada con una emoción y reacción. Todo suceso que experimente el ser humano es valorado por él mismo de manera positiva o negativa. Según la impresión que esta cause en cada individuo simplemente puede acelerar, madurar, retardar o inhibir los procesos cognitivos tales como el desarrollo del habla o lenguaje.
El ser humano desde que nace a medida que va creciendo según el contexto en donde se desarrolle, se va posesionando de las enseñanzas que las personas de su entorno; núcleo familiar, amigos, profesores y otras relaciones le trasmiten. Según la forma en que le estimulen o retroalimenten ya sea positiva o negativamente, se potencializan sus habilidades de conocimiento, desarrollo del habla y su capacidad de interactuar con otros. Si al infante no se le trasmite bien o efectivamente la información manifestada en valores, educación o formación se le pueden generar traumas que se reflejaran en su personalidad o carácter más adelante.
Una emoción fuerte a nivel negativo puede afectar el desarrollo de las habilidades de lenguaje o procesos cognitivos ya que los inhibe (los detiene o hace que estas habilidades se formen lentamente en cada individuo) haciendo que sus capacidades no se desarrollen en el tiempo adecuado de crecimiento dentro de cada ser humano.
Las peleas o discusiones familiares; el hecho de que al sujeto (infante, joven o adulto) no se le retroalimente positivamente, o sólo nos fijamos en las conductas o intentos errados del mismo, están inhibiendo las habilidades que se deben desarrollar para su madurez cognitiva influyendo en el manejo adecuado de la comunicación. En la medida que el ser humano se comunique e interactúe con otras personas sus ideas, pensamientos, conceptos, y significados de vida (pensamientos), generan estrategias que ayudan a resolver los conflictos o solucionar problemas, importantes en la edificación de su proyecto de vida.
Si al individuo no se le corrigen sus fallas en los procesos de raciocinio o modulación (como pronunciar bien las palabras), él seguirá reforzando los conocimientos equivocadamente afectando el desarrollo de su carácter, personalidad, y manera de pensar.
Lo anterior es fundamental ya que el lenguaje nos permite expresar nuestros propios pensamientos, sentimientos y emociones. Nos permite interactuar con otros, establecer relaciones, y posee una influencia en la participación de los procesos y el desarrollo cognitivo.